El Parque Natural de Cabo de Gata representa uno de los mejores ejemplos de vulcanismo fósil del sudeste peninsular. Este complejo volcánico se formó alrededor de 15 y 16 millones de año. Prueba de ello son los acantilados de dunas fósiles del Playazo de Rodalquilar.
Este volcán convertido en playa ha sido esculpido durante millones de años por las mareas, con la ayuda del viento de levante. Está situado en el Valle de Rodalquilar, aunque más que un valle se trata de una caldera volcánica ovalada de unos 11 millones de años y de más de 8 kilómetros de longitud.
Testigos de la antigüedad de estas cuevas son los restos de animales fósiles como huellas de erizos de mar, así como fragmentos de rocas volcánicas erosionadas. Según se cree, estas cavernas naturales fueron el último refugio de la foca monje del mediterráneo en nuestro país.
Si el viajero desea visitar las dunas fósiles, situadas a ambos extremos del Playazo, debe ser cauteloso debido a que el suelo volcánico es frágil, resbaladizo y un tanto inestable. Te recomendamos unos escarpines o cangrejeras para caminar sobre las rocas por su adherencia.
Mira bien dónde pisas ya que entre las formaciones rocosas habitan pequeños cangrejos, cuidado con pisarlos o con que te pellizquen. Si tienes suerte también podrás ver algún que otro pulpo que se refugia entre las cavidades de la roca.
Para contemplar los acantilados de dunas fósiles del Playazo desde una vista panorámica te aconsejamos subir al Castillo de San Ramón, un bastión defensivo que data del siglo XVIII. Desde esta localización el color claro de los fósiles resalta sobre el azul cristalino del mar y del cielo.
Para llegar al Playazo es muy sencillo, al salir del municipio del Rodalquilar encontrarás un desvío señalizado. La playa también tiene fácil acceso y disponer de buen sitio para aparcar.