El otoño es una estación en la que se celebra el fín del verano, el fín de los días interminables, el fín del calor y el fin de la luz cegadora, pero la temporada otoñal representa una oportunidad única para vivir a fondo Cabo de Gata. Ofrece quietud, gastronomía, historia, cine y naturaleza, lo que crea un cóctel mediterráneo natural que es perfecto para perderse en sus preciosas calas y paisajes de otro continente.

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es en esta época un delicioso mundo de silencios donde se descubre solitario para vivirlo y recorrerlo en todo su esplendor sin prisas, andar sus playas solitarias y pasear los pueblos que se extienden hacia el norte de Almería. El clima se atolondra, pero su ubicación y el hecho que sea el único territorio desértico de toda Europa hacen que el sol también pique cuando las hojas empiezan a caer.

El sol brilla más que en otros sitios, el mar es más azul que en otros litorales españoles y las mañanas y las tardes son más luminosas que en cualquier otro lugar de tierra adentro, además de ser uno de los rincones andaluces menos tocados por el hombre...

Cabo de Gata son poco más de treinta y ocho mil hectáreas de terreno protegido, más otras doce mil de mar, catalogadas como reserva marina. En este paraíso de origen volcánico se extienden serrezuelas, llanas planicies esteparias, salinas, acantilados, chimeneas en mitad de la mar y playas de arena blanca. Sus pueblos están hechos a medida del paisaje, no existen alturas urbanísticas desmedidas y hay una quietud y una armonía en la arquitectura popular que anima al paseo y a la contemplación.

Su catálogo botánico es inabarcable, al igual que su variedad de fauna marina y terrestre. Presenta fondos marinos donde habitan más de mil cuatrocientos elementos vegetales y animales, uno de los más ricos muestrarios de la vida subacuática del litoral español y donde la vegetación rastrera, ocre y azafranada delata el clima semidesértico. Sus 45 km de costa virgen encierran un vademécum vegetal, además de ocho endemismos únicos que convierten Cabo de Gata en uno de los más deslumbrantes santuarios ecológicos del sur europeo.

Aquí el otoño es como el verano del norte y los días son largos todavía para visitar el Parque. Es el momento ideal para disfrutar de la naturaleza dando un paseo a caballo y/o practicar el senderismo en uno de los rincones más mágicos de la geografía española sin tener que ir provistos de todo el equipo de protección para el sol, darse un baño en aguas cristalinas o, simplemente, tumbarse en la arena con un buen libro. La tarde ofrece una luz única que ninguna cámara capta con total fidelidad y que hay que vivirla en primera persona, mientras que las noches nos ofrecen gozar de noches estrelladas para mirar el mar, oir a los grillos y soñar con un día más en el paraíso.

Las vacaciones han terminado para la mayoría, pero los buenos momentos siguen estando ahí para que pasemos a saludarlos...

Desde Villazul os ofrecemos nuestros alojamientos ubicados en enclaves naturales privilegiados con vistas realmente espectaculares al mar y a los paisajes maravillosos del color marrón del otoño que ofrece el Parque, estando provistos de unas instalaciones y servicios de primera calidad. Para que no tengáis que preocuparos de nada, a vuestra llegada, nos encargaremos de informaros y entregaros toda la información necesaria para que conozcáis y disfrutéis al máximo de un paraíso único.

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